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Ante los problemas salariales que tenían los Falcons tras el Draft 21021, la organización de Georgia se desprendió de Julio Jones por la vía del canje. A pesar de que Atlanta se deshizo de uno de los mejores receptores de los últimos 10 años, la gerencia del club está satisfecha con el movimiento.
En entrevista para el podcast de Chris Collinsworth, Arthur Blank, dueño de los Falcons, aseguró que la salida de Jones fue benéfica para la situación financiera de la franquicia.
“Teníamos un problema con el tope, además este año se redujo por la pandemia. Sabíamos que debíamos que tomar decisiones importantes. La manera en que todo resultó fue bueno. Sentimos que fue una situación de ganar-ganar. Con el tope salarial y Julio en Tennessee, nosotros pudimos solucionar a corto plazo el tema de los sueldos”, desarrolló.
¿Quién ganó?
En temas salariales, los Falcons ganaron 15 millones de dólares de espacio, con lo que podrán firmar a su camada de novatos reclutados en la primera ronda; sin embargo, en lo deportivo perdieron a uno de sus jugadores históricos.
Jones, quien jugó 135 partidos en Atlanta, es líder en recepciones (848), yardas (12,896) y es segundo en recepciones de touchdown (60). Con la baja del producto de Alabama, ahora Calvin Ridley, Russell Game, Christian Blake y el tight end novato Kyle Pitts deberán cargar con el peso del juego aéreo de los Falcons.
Por su parte, los Titans parecen los ganadores en el movimiento pues además de conseguir a Jones, quien hará pareja con el A.J. Brown (1,075 yardas, 11 anotaciones en 2020), encontraron un recambio de lujo ante la partida de Corey Davies en la agencia libre. Lo anterior por un precio muy bajo, un pick de segunda ronda de 2022 y uno de cuarta vuelta de 2023.
El cuerpo de receptores a disposición de Ryan Tannehill está conformado por Jones, Brown, Josh Reynolds, Nick Westbrook-Ihhine, Cameron Batson y Dez Fitzpatrick.
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