Skip to content

el cambio climático y otras claves

[ad_1]

Las lluvias torrenciales han causado más de 125 muertos en el centro de Europa y el calentamiento global es uno de los factores relacionados con el fenómeno

Más de 150 personas han muerto en Alemania como consecuencia de las terribles inundaciones que han arrasado parte del país y también de Bélgica. Desde el primer día han sido muchos los científicos que han establecido relaciones entre las lluvias torrenciales que han golpeado el centro de Europa y el cambio climático, pero hay que tener en cuenta también otros factores.

¿Qué proceso ha causado las inundaciones?

La causa inmediata de las inundaciones en el Oeste de Alemania es el largo bloqueo de una borrasca en esa zona. Lo que la atrapa es un comportamiento anómalo de la corriente de chorro, una flujo de aire emplazado a 10.000 metros de altura, que circula por todo el planeta. En condiciones normales, la corriente es lineal y va repartiendo las borrascas. “En momentos de anomalía climática, circula más lentamente y genera meandros, en forma de [la letra griega] omega”, explica Mariano Barriendos, experto en historia de las inundaciones de la Universitat de Barcelona. “Ahora hay una omega invertida encima de Europa central”, afirma Rüdiger Glaser, geógrafo de la Universidad de Friburgo (Alemania). El aire frío y lluvioso del norte se queda atrapado en esta estructura en forma de bolsa, causando el llamado “bloqueo en omega”.

¿Por qué han sido tan dañinas?

Diversos de los pueblos azotados se hallan en valles estrechos, concentrados cerca de los ríos. “Tenemos núcleos antiguos que crecieron allí por la industria textil. Pero también desarrollos nuevos en áreas de riesgo”, observa Lothar Schulte, investigador en geografía física de la Universitat de Barcelona, nacido en Alemania. Según Schulte, la prevención de las inundaciones en Alemania se ha centrado en los ríos grandes y no en las cuencas pequeñas, como las afectadas. “Hemos invadido los ríos, explotado el territorio, sellado el terreno… es esta transformación el mayor problema”, observa.

¿Cómo son de anómalas?

En la zona afectada han caído hasta 200 litros al día, frente al promedio habitual de 60 al mes. Glaser lo considera un récord. No obstante, “es absurdo decir que las inundaciones son algo sin precedentes en un milenio: no tenemos registros suficientes sobre las cuencas pequeñas para afirmarlo”, observa Schulte. “Los tiempos de estos fenómenos son geológicos. Que una inundación de este tipo haya ocurrido hace siglos y se repita hoy es algo natural”, concuerda Annelies Broekman, experta en agua y cambio global del Centre de Recerca i Aplicacions Forestals (CREAF). “En la escala histórica estos fenómenos son normales. Eso no quiere decir que sean casuales: se concentran en momentos de anomalía climática”, apunta Barriendos. Por ejemplo, las inundaciones de Santa Magdalena, que golpearon Europa central en 1342, ocurrieron al inicio de una anomalía llamada “pequeña edad del hielo”.

Noticias relacionadas

¿Hay alguna vinculación con el cambio climático?

Desde los años 90, diversas inundaciones excepcionales han azotado Alemania. Barriendos cree que esto sugiere una anomalía climática. “Desde los años 80 el comportamiento meandriforme de la corriente de chorro se está volviendo habitual”, afirma el investigador. “Llevamos veinte años con modelos que apuntan que algo así pasaría. Ahora los modelos se están transformando en realidad”, observa Glaser. Schulte llama a la cautela. “La inundaciones no son tan sencillas como medir temperatura y precipitaciones. Influyen las lluvias, los suelos helados y saturados, la gestión de los ríos. Actualmente, no hay datos suficientes para confirmar que el cambio climático genera más inundaciones”, advierte. “El clima está cambiando de forma exponencial. Lo que consideramos extraordinario se convertirá en normal. Pero los daños de este proceso dependen de cómo usemos la naturaleza”, observa Broekman.

¿Qué mecanismo podría establecer la vinculación?

Los polos se están calentando más rápido que el resto del planeta. En consecuencia, la diferencia de temperatura entre el Polo Norte y Europa se está reduciendo. “Esto se traduce en una corriente de chorro menos fuerte y enfocada, que produce meandros grandes”, apunta Glaser. Más en general, el calentamiento del Polo Norte desplaza los cinturones de bajas y altas presiones que determinan los climas habituales en las diversas latitudes del planeta, explica el meteorólogo y divulgador Jordi Mazón. Esto se traduciría en un incremento de precipitaciones en el Norte de Europa y en una disminución en el Sur. “Estos aguaceros están totalmente alineados con la física del cambio climático”, concluye Mazón.

[ad_2]

Ver Original