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El G20 apuesta por el desarrollo en África para frenar al yihadismo

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El ministro italiano de Exteriores, Luigi Di Maio (decha.), recibe al secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken. / AFP

Estados Unidos  escenifica el final del aislamiento de la época Trump al abogar por la cooperación y el multilateralismo

Multilateralismo como herramienta para hacer frente a las consecuencias de la pandemia y del cambio climático, apuesta por el desarrollo de África y compromiso para
cumplir con el objetivo de ‘hambre cero’ en 2030 planteado por la ONU. Estos fueron los temas principales tratados en el encuentro que los ministros de Asuntos Exteriores de los países del G20 celebraron este martes en la ciudad de Matera, al sur de Italia, el país que ejerce este año la presidencia de turno de este selecto club que reúne a las naciones que suponen el 80% del PIB mundial y el 60% de la población del planeta.

Aunque la declaración final de la reunión no arrojó resultados concretos, la cumbre resultó significativa porque los jefes de la diplomacia de las naciones más poderosas del mundo pudieron volver a
mantener encuentros personales, tras año y medio de pandemia, en los que coincidieron en la apuesta por el multilateralismo para hacer frente a los problemas generados por la covid-19 y la emergencia climática. «Estoy particularmente orgulloso del hecho de que todos hemos reafirmado el compromiso contra la inseguridad alimentaria», comentó el ministro de Asuntos Exteriores italiano, Luigi di Maio, que ejerció de anfitrión ante sus homólogos de Estados Unidos, Japón, Reino Unido, Francia, Alemania e India, entre otros países. España estuvo representada en Matera por la ministra Arancha González Laya, que destacó cómo en el encuentro hubo coincidencias acerca de la necesidad de apoyar el desarrollo económico y sanitario de África y, en particular, sobre la región del Sahel.

En esta zona operan con un poder creciente
bandas armadas afiliadas al Estado Islámico (EI). El día antes de la cumbre representantes de la coalición internacional contra este grupo yihadista analizaron en Roma cómo, pese a que perdió los territorios que controlaba hasta 2019, el EI continúa siendo un peligro tanto en Siria e Irak como en el Sahel y en África oriental. «La amenaza es particularmente alarmante», dijo Di Maio, que pidió mayor cooperación al desarrollo de los países africanos para reforzar así las instituciones locales y evitar que caigan en manos del yihadismo internacional.

La guerra de las vacunas

Tanto en la cita de Roma como en la de Matera, Di Maio trató de mostrar una plena sintonía con el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, que con su gira por Europa (con etapas en Alemania, Francia e Italia) escenificó la vuelta al tablero internacional por parte del Gobierno liderado por Joe Biden
tras la etapa de aislamiento durante la Administración de Donald Trump. «Necesitamos cooperar y tenemos que hacerlo de manera efectiva. El multilateralismo es lo que lo hace posible», reiteró Blinken durante su comparecencia ante los medios.

En la cooperación internacional pocas herramientas tienen hoy más peso que las vacunas contra la Covid-19. El secretario de Estado norteamericano advirtió de que es necesario que lleguen más dosis a los países en desarrollo
a través del mecanismo Covax, mientras que el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Heiko Maas, se mostró más incisivo al afear a Rusia y a China que utilicen la ‘diplomacia de las vacunas’ para «obtener ventajas geoestratégicas en poco tiempo». Desde Pekín le respondió su homólogo chino, Wang Yi, que pidió a los países productores de estos sueros que eviten «acapararlos excesivamente» y no pongan «restricciones a la exportación». El jefe de la diplomacia del gigante asiático no acudió a Matera e intervino por videoconferencia. No pudo así tener lugar el encuentro bilateral con Blinken con el que se había especulado.

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