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Italia intenta rescatar a 81 universitarias afganas de La Sapienza

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Vacunación de refugiados afganos en Roma. / EFE

Las estudiantes, precedentes de Herat, están atrapadas desde el pasado sábado en Kabul

Necesitamos ayuda para salvar nuestras vidas de esta situación de peligro inmediato. Necesitamos una esperanza para continuar». Ese es el grito desesperado que lanzaron las 81 estudiantes afganas matriculadas en la Universidad La Sapienza de Roma que han quedado atrapadas en Kabul después de que, el pasado sábado, el Gobierno de Roma decidiera poner fin a los vuelos con la nación centroasiática tras evacuar a casi 5.000 personas, en gran parte afganos que colaboraban con instituciones italianas.

Procedentes en su mayoría de la localidad de Herat, situada al oeste del país, las jóvenes habían llegado a la capital para tomar un vuelo con destino a Roma, pero el atentado que se produjo el pasado jueves en el aeropuerto, provocando más de 170 muertes, les obligó a quedarse en tierra y con sus sueños suspendidos. Las autoridades italianas aseguran que hacen todo lo posible para sacarlas del país, junto a sus hijos y a otros estudiantes que estaban preseleccionados pero que al final no pudieron matricularse. Son en total unas 180 personas.

«Pedimos al Gobierno italiano y a la comunidad internacional que colabore con nosotras, estudiantes de Afganistán, que somos un grupo social vulnerable en este país martirizado», dicen las jóvenes en una carta publicada por varios medios italianos. Una de las jóvenes cuenta que fue agredida por los talibanes cuando pasó un puesto de control de camino al aeropuerto. «Me golpearon en la espalda con un tubo, pero resistí. Me arrastré hasta la entrada del aeropuerto, pero pasó algo que me sacudió el alma: una explosión. Se oscureció todo y todo el mundo escapó», relata la joven. «Tenemos muchos problemas para sobrevivir. La ciudad se ha convertido en una ciudad de fantasmas, golpeada por una ola de terror. No consigo dormir. Por la noche tengo pesadillas infinitas y por el día sufro continuos dolores de cabeza. Estamos todas preocupadas, pero esperamos un milagro que nos ayude al menos a dejar este peligroso país».

«Hay que ver si conseguimos sacarlas aún con algún vuelo o si no, por tierra», afirmó la ministra de Universidad e Investigación, Cristina Messa. Uno de los principales escollos para esta misión es que Roma ya no cuenta con ningún diplomático en Afganistán. Ahora mismo las estudiantes están «protegidas», aunque «hay que correr».

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