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La UE estudia crear un cuerpo militar que evite otro ‘trauma afgano’

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Militares franceses durante la evacuación de sus compatriotas y colaboradores afganos en Kabul.

«Antes o después, la Unión debería poder hacer operaciones como la de Kabul», advierte Borrell a los ministros de Defensa

Todavía sometidos a los efectos del ‘trauma afgano’, los ministros de Defensa de la UE abordaron ayer la creación de un cuerpo militar europeo para intervenir en crisis internacionales y ahorrarse el marginal papel que la Unión jugó en la resolución de la caótica evacuación de Kabul. La dependencia de Estados Unidos, entre otros factores, convirtió a la UE en un activo menor de la operación, pese a estar en juego la suerte de miles de europeos y colaboradores aliados, que quedo en manos de la capacidad y los recursos particulares de cada socio comunitario.

En medio de ese caldo de cultivo, el Alto Comisionado Josep Borrell recuperó la idea de formar un equipo de acción rápida de 5.000 militares, que ya se puso sobre la mesa de la Comisión en mayo. Y ahí quedó, entonces. Ahora todo ha cambiado. El bloque apenas ha aparecido como tal, salvo para discutir sobre el destino de los refugiados afganos y su margen de acogida en la Europa comunitaria. E incluso en eso existen roces. Austria y Polonia siguen aferrados a la limitación de la llegada de afganos y el ministro de Exteriores turco, Mevlüt Çavusoglu, envió ayer el mensaje de que la UE no puede aplicar en su país la estrategia de «’nosotros damos el dinero y tú quédate con los afganos para que no vengan’». Lo dijo en Ankara delante de su homóloga de Países Bajos, Sigrid Kaag.

A los ministros de Defensa no se les escapa que un contingente militar comunitario debe hilarse con gran delicadeza. «Es muy importante que no actuemos como una alternativa a la OTAN y los estadounidenses», advirtió la ministra alemana, Annegret Kramp-Karrenbauer, que concitó el consenso de todos sus homólogos.

En la revisión de este proyecto pesa mucho que la imagen todopoderosa de Estados Unidos no es la misma para muchos de los socios europeos tras pasar por el mortero de los talibanes. Sus fallos de Inteligencia y la desastrosa retirada, con el Pentágono y las tropas superados en una sola semana por el empuje insurgente, han rebajado su caché como gendarme del mundo. Tampoco se le perdona que no prorrogara la retirada a la vista de la situación, tal y como esperaban muchos gobiernos, según desveló el miércoles el ministro de Exteriores Dominic Rabb en el Parlamento británico.

Las deficiencias propias

Y no son las únicas lecciones de Afganistán. El anuncio de Joe Biden de acabar con la tradicional política intervencionista de EE UU en los conflictos mundiales tras salir de Kabul deja al resto de la comunidad internacional un poco más huérfana ante crisis actuales y futuras como el Sahel. «Antes o después la UE debería poder hacer operaciones como la de Kabul», sentenció Borrell. El amigo americano tiene otras preocupaciones: su profunda crisis económica y el juego de equilibrios con China y Rusia.

El objetivo es lograr la «autonomía» para no «depender de decisiones de amigos y aliados»

Todo invita, por lo tanto, a que como demostraron ayer los ministros estén más predispuestos a revisar una propuesta que ha tenido varios antecedentes fallidos y abre numerosas incógnitas: cómo se financiará el Ejército europeo, cuántos soldados aportará cada socio, quién comandará la fuerza militar, en qué situaciones deberá intervenir, cómo será su coordinación con la Alianza y –muy importante en una UE siempre presta a las disensiones internas– qué sucederá si algún país rehúsa participar.

El episodio afgano «ha mostrado que las deficiencias en nuestra autonomía estratégica tienen un precio», señaló ayer el jefe de la diplomacia al final de la reunión, que hoy continuará también con un cónclave de ministros de Exteriores. «Si queremos no depender de las decisiones tomadas por otros, aun si se trata de amigos y aliados, entonces tenemos que desarrollar nuestras propias capacidades», añadió Borrell.

Matej Tonin, ministro de Defensa de Eslovenia, país que ocupa la presidencia rotatoria de la UE, estimó que un cuerpo como el propuesto podría ascender a 20.000 militares. Por su parte, Kramp-Karrenbauer consideró que del caos reciente puede extraerse una lección sobre la necesidad de que «nos volvamos más autónomos como europeos y podamos actuar de manera más independiente».

La inevitable necesidad de tratarcon los talibanes

Mientras la UE aprovechará hoy la segunda jornada de su cónclave para debatir qué relación mantener con el nuevo Gobierno afgano, el ministro de Exteriores británico, Dominic Raab, insistió ayer en que Reino Unido no reconocerá el Ejecutivo talibán «en un futuro a corto plazo».

No obstante, el diplomático, de visita en Catar para tratar con sus autoridades la crisis afgana, admitió la necesidad de establecer un «compromiso directo» con los insurgentes. También la UE es consciente de que deberá relacionarse con el régimen.

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