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EE UU aborta otro intento de atentado en Kabul

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Humo en el lugar del impacto del proyectil. / efe/ V ídeo: E. P.

Destruye con un misil un coche bomba que se dirigía al aeropuerto. Las defensas antimisiles neutralizan cinco cohetes lanzados contra el aeropuerto

Quedan apenas 48 horas para la retirada final de Afganistán, pero el brazo afgano del grupo yihadista Estado Islámico (EI) parece dispuesto a que sean 48 horas muy largas. El día en el que Estados Unidos realizó el último vuelo de evacuación de civiles y que el Reino Unido llevó de vuelta a casa a todos sus soldados, los yihadistas lanzaron un cohete contra un edificio próximo al aeropuerto e intentaron un nuevo ataque suicida que fue abortado por un dron estadounidense. Diversas fuentes sin confirmar apunta a seis víctimas civiles durante la operación. La mañana de este lunes regresó la tensión con el lanzamiento de cinco cohetes contra el aeródromo, aunque las defensas antimisiles estadounidenses lograron neutralizarlos antes de que impactaran.

Todas las miradas siguen fijas en ese aeropuerto internacional a la espera de la simbólica salida del ultimo vuelo y serán los talibanes quienes tengan que proteger a quienes han sido sus enemigos durante dos décadas. Quedan unos 4.000 soldados estadounidenses en Kabul. Tras el atentado del jueves, en el que fallecieron más de 200 personas, entre ellas 13 marines, los servicios de inteligencia mantenían la alerta de amenaza terrorista en todo lo alto y acertaron.

A media tarde del domingo un cohete impactó cerca del aeropuerto y la respuesta de Estados Unidos no tardó en llegar y lo hizo de nuevo por medio de un avión no tripulado. Un misil destruyó un vehículo que, según fuentes estadounidenses citadas por la cadena CBS, conducía un suicida que se dirigía al aeropuerto para hacer explotar su carga. «Las explosiones que ocurrieron en el vehículo tras el impacto de nuestro misil indican que llevaba una gran carga de material explosivo», detallaron las mismas fuentes. Los talibanes confirmaron la operación contra el suicida llevada a cabo por Estados Unidos en las calles de la capital.

Los talibanes han condenado el ataque de este domingo porque, a su juicio, Washington ha violado la soberanía de Afganistán. Un portavoz de los talibán, Bilal Karimi, ha señalado a la CNN que «no es correcto llevar a cabo operaciones en suelo ajeno» y ha considerado que Estados Unidos tendría que haber informado a los insurgentes. «Siempre que Estados Unidos lleva a cabo este tipo de operaciones, las condenamos», ha remachado Karimi. En esta línea se ha expresado también un miembro de la oficina política de los talibanes, Abdulaq Wasiq, que ha indicado que Estados Unidos «no tiene derecho» a llevar a cabo ataques en Afganistán y que «exagera» la presencia de Estado Islámico en el país asiático. «El mundo ha hecho importante a Estado Islámico. Estado Islámico no durará en Afganistán», ha remarcado Wasiq, según ha recogido Tolo News.

Estrategia controvertida

Tras la retirada de las tropas está en el aire el programa de ataques con aviones no tripulados, una de las estrategias a las que recurre Washington una y otra vez y que le permite no tener que desplegar tropas sobre el terreno. Las autoridades del Emirato, que han sufrido a los drones durante 20 años, ya mostraron su malestar el viernes tras el lanzamiento de un misil contra una base del EI en Nangarhar por considerarlo una violación de la soberanía nacional. Cuestionado por el tema, el asesor de seguridad nacional Jake Sullivan declaró que «continuaremos tomando el tipo de medidas que estimemos necesarias para acabar con la amenaza del EI. Tenemos previsto seguir con estas operaciones contra ellos».

Los seguidores del califa en suelo afgano operan bajo el nombre de Estado Islámico de Joramsar y en una entrevista concedida a CNN pocos días antes del atentado adelantaron que con la llegada del Emirato «reiniciaremos nuestras operaciones». Talibanes y EI libran un pulso interno que puede convertirse en un problema grave para la imagen de seguridad que Emirato trata de dar a los afganos y a la comunidad internacional.

La resistencia de Panjshir se queda sola contra el Emirato

Después la salida del último vuelo con civiles, Estados Unidos sabe que en esta caótica evacuación ha dejado en tierra a miles y miles de colaboradores, pero también a 300 ciudadanos estadounidenses, según el secretario de Estado, Antony Blinken, quien dijo que «trabajamos para sacarlos cuanto antes».

Es una incógnita saber el futuro del aeropuerto, pero Turquía podía estar cerca de aceptar la propuesta talibán y por ello anunció el regreso a Kabul de su personal diplomático. Los talibanes solicitaron ayuda técnica a Ankara para mantener abierto el tráfico en el aeródromo y permitir el regreso cuanto antes de los vuelos comerciales. A diferencia de los ocurrido a finales de los 90, parece que esta vez los talibanes no quieren quedarse aislados.

Quienes se han quedado a vivir en el Emirato empiezan a sufrir los rigores de una economía de post conflicto en la que los precios de alimentos básicos no paran de subir, la moneda local pierde valor y falta metálico en las calles porque los bancos siguen cerrados.

La salida de afganos tras el 31

Un centenar aproximado de gobiernos de todo el mundo confirmaron en un comunicado conjunto haber recibido garantías de los talibanes de que los ciudadanos afganos que deseen abandonar el país recibirán paso seguro más allá de la fecha límite de la retirada de las tropas internacionales y su operación de evacuación, el próximo 31 de agosto.

«Todos estamos comprometidos a garantizar que nuestros ciudadanos, nacionales y residentes, empleados, así como los afganos que han trabajado con nosotros y aquellos que están en riesgo puedan seguir viajando libremente a destinos fuera de Afganistán», según la nota, firmada entre otros por Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Japón, Francia, Marruecos, Australia, Egipto o España.

«Hemos recibido garantías de los talibanes de que todos los ciudadanos extranjeros y cualquier ciudadano afgano con autorización de viaje de nuestros países podrán dirigirse de manera segura y ordenada a los puntos de partida y viajar fuera del país», añadía la nota, publicada ayer por la Casa Blanca.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, propondrá este lunes al Consejo de Seguridad de la ONU una iniciativa para establecer una «zona segura» en la capital de Afganistán para que prosigan las evacuaciones. En contra del criterio talibán, su intención es priorizar la salida de «magistrados, artistas, intelectuales y personas en riesgo».

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