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La presunta víctima sexual de Andrés presenta una querella

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El príncipe Andres junto a su madre, la reina Isabel. / efe / ATLAS

Virginia Roberts alega que la violó tres veces, aprovechándose de su temor a Epstein, Maxwell y al mismo príncipe

Virginia Roberts, de 38 años, ha presentado una querella civil en un tribunal de Nueva York contra Andrés, tercer hijo de la reina Isabel II, al que demanda una «compensación sustancial» por tres agresiones sexuales que habría cometido contra ella cuando era menor de edad. El príncipe tendrá que decidir ahora si entabla una negociación o contesta las acusaciones en un juzgado.

Roberts fecha las violaciones en 2001, cuando ella tenía 17 años y Andrés, 40. La primera habría ocurrido en la residencia londinense de Ghislaine Maxwell. Una fotografía en la que Maxwell contempla sonriente cómo la querellante posa junto a Andrés, que le abraza a la altura de la cadera, es la única prueba pública de la relación. El duque de York afirmó a la BBC que no recuerda ningún encuentro con ella y sugirió que la foto es falsa.

La segunda agresión sexual se habría perpetrado en la mansión neoyorquina de Jeffrey Epstein, el multimillonario amigo de Andrés y de Maxwell que se suicidó hace dos años, cuando esperaba en prisión el juicio por múltiples delitos de abuso sexual de menores. Según la querella, Roberts fue obligada a sentarse junto a Andrés y otra chica, y después a realizar actos sexuales para placer del príncipe.

La tercera agresión se habría producido en la isla privada de Epstein en el archipiélago de las Vírgenes y que el duque de York habría visitado. De nuevo, según el documento depositado en el tribunal federal de Nueva York, una Roberts atemorizada por las posibles consecuencias de desobedecer a personas tan poderosas fue forzada a tener relaciones sexuales con el visitante.

Ostracismo

El abogado de Roberts, David Boies, ha presentado ahora la querella para evitar la prescripción del delito. La Ley de Víctimas Infantiles, que el estado de Nueva York aprobó el 14 de agosto de 2019, extiende el plazo para demandas judiciales por delitos contra menores. Para casos históricos ofrecía una ventana de un año desde la fecha de aprobación de la ley, que fue extendida a dos años por la pandemia.

Boies, que tiene una reputación labrada en casos importantes y también notorios, como la defensa del productor de cine Harvey Weinstein, ha afirmado que «el tiempo se acabó» para el duque de York. Le reprocha no haber respondido a dos cartas en las que proponía a sus abogados un pacto de aplazamiento de la prescripción para permitir «que las negociaciones continúen».

El ejemplo de Ghislaine Maxwell, que espera en presidio a ser juzgada de acusaciones de proveer a Epstein chicas menores de edad, alerta a Andrés del peligro de defenderse en el tribunal. Roberts presentó en 2017 una demanda contra ella por difamación. Se zanjó con un acuerdo. Pero en julio se publicaron decenas de documentos escabrosos de Maxwell en aquel caso.

Si el duque de York no se defiende ante el tribunal de Nueva York, es improbable que las autoridades judiciales de Estados Unidos envíen a sus colegas británicos una demanda de extradición, que suele reservarse para casos de procedimiento penal. Ya se negó a cooperar con investigaciones del FBI y de un fiscal de Nueva York, salvo que se le enviasen las preguntas por correspondencia

El príncipe Andrés vive en el ostracismo tras responder a las acusaciones públicas de Roberts en una entrevista en la BBC, en 2019. Asombró su capacidad para creer que sus respuestas favorecían que el público lo viese como víctima inocente de una demanda oportunista. Ha desaparecido de la vida pública, apartado o retirado de los patronazgos que ejercen los miembros de la familia real.

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